miércoles, 12 de febrero de 2014

Historia de Luchas en Venezuela


Período prehispánico

Distintos autores coinciden en afirmar que el poblamiento  de  América se inició aproximadamente 1.500 años antes de Cristo y comprende los períodos Paleoindio (15.000 A.C.- 5.000 A.C.), Mesoindio (5.000 A.C.- 1.000 A.C.), Neoindio (1.000 A.C. – 1.500 D.C.) e Indohispano (1.500 D.C. hasta la actualidad). Entre las teorías que pretenden explicar el poblamiento del territorio americano y, por consiguiente el venezolano, destacan la “Autoctonista” de Florentino Ameghino, la “Monogenista Asiática” de Alex Hrdlicka, la “Oceánica” de Paul Rivet y la de la “H” de C. Osgood.  Esta última explica que el poblamiento de Venezuela se produjo a través de dos ejes migratorios, oriental y occidental, por los cuales llegaron las influencias culturales de las antillas, la cuenca amazónica y mesoamérica, dando origen a los principales núcleos poblacionales: Arahuacos y Caribes.
La organización político-social y las actividades económicas de los distintos grupos indígenas se fueron haciendo más complejas en la medida que éstos se asentaron en los territorios y presentaron distintas maneras de  relacionarse con la naturaleza. Las relaciones sociales de producción, predominantes en la mayoría de los grupos indígenas, eran esencialmente comunitarias, igualitarias y ecológicas; es decir,  las comunidades vivían armoniosamente con la naturaleza. La organización y toma de decisiones se regían por formas colectivas y utilizaban sólo los recursos necesarios para su subsistencia.
Una de las características que definen la etapa prehispánica de Venezuela es la heterogeneidad, pues existía diversidad cultural entre los distintos grupos indígenas, desde los grupos recolectores-cazadores-pescadores hasta los agricultores, que presentaron comunidades semisedentarias y sedentarias.

Llegada de  europeos y resistencia indígena

En el siglo XV, Europa manifiesta los primeros síntomas de la acumulación originaria de capital y las monarquías europeas se ven en la necesidad de buscar nuevas rutas marítimas y fuentes de riquezas que les permitan satisfacer las demandas de las economías mercantilistas. Unos de los más interesados en conseguir otras rutas de navegación fueron los reyes católicos de Castilla y León, quienes, al aceptar la propuesta del  aventurero genovés Cristóbal Colón, financiaron su expedición en busca de una nueva ruta a Asia.
El 12 de octubre de 1492, Colón desembarca en costas de la isla Guanahaní (que bautizaron como San Salvador, actual isla de Watling, en el archipiélago de Bahamas); lo cual le abre la puerta a una inmensa fuente de riquezas y poder. Pero, para los habitantes originarios de este lado del mundo, fue el inicio del proceso de resistencia contra el genocidio, la exterminación de sus culturas y formas de vida, la dominación, la esclavitud y el saqueo de los recursos naturales de estas tierras por parte de los europeos.
En el tercer viaje, en agosto de 1498, Colón llega a las costas del golfo de Paria, y desembarca en “Macuro” (actual estado Sucre). Fue éste el primer contacto con tierra continental que tuvieron los europeos y el inicio de la exploración y conquista de los territorios que posteriormente conformarían Venezuela.
Tras la exploración inicial realizada por el propio Cristóbal Colón en el Oriente y las posteriores expediciones de Alonso de Ojeda (1499), Pedro Alonso Niño y Cristóbal Guerra (1499-1500), se da inicio a la sangrienta conquista.
El primer asentamiento europeo que se registra es Nueva Cádiz (1513) en la isla oriental de Cubagua. Este poblado se formó asociado a la explotación de los bancos de perlas, abundantes en la isla. Los procesos de explotación perlífera se realizaron esclavizando a los indígenas como mano de obra, hasta forzar su exterminio. Posteriormente, se registraron varios intentos de fundaciones de pueblos y ciudades en el territorio continental, como es el caso de Cumaná en 1521, y Santa Ana de Coro por Juan de Amperes en 1527. Desde allí se inició una expansión progresiva hacia el interior.
El período de la conquista en Venezuela desató mecanismos de violencia terribles contra las poblaciones indígenas. Las comunidades originarias fueron diezmadas no sólo por las enfermedades de los europeos, ni por la ocupación y transformación de su hábitat, sino también por el impacto que tuvo el trabajo forzado, la esclavitud y el exterminio físico y cultural. A la mayor parte de los sobrevivientes se les impuso la adopción de sistemas de organización política, social y económica españolas.
La resistencia indígena se manifestó en enfrentamientos por la preservación de sus territorios y formas de vida, pero, ante la superioridad armamentística de los españoles, las naciones indígenas fueron en su mayoría sometidas o exterminadas.
Los Repartimientos y las Encomiendas fueron instrumentos utilizados para consolidar la colonización. El primero consistía en el otorgamiento de tierras a los conquistadores, lo que dio inicio a la propiedad privada del suelo en América; el segundo, se refiere a la asignación de indígenas a los españoles para su inserción en las maneras y costumbres europeas, asociadas al trabajo y la religión cristiana. Las “Encomiendas de Indios” derivaron en casi todos los casos en la esclavitud de los indígenas encomendados.
El sistema político-administrativo de las colonias se organizó en virreinatos, provincias, gobernaciones y capitanía generales, reguladas a través de instrumentos e instituciones como las Leyes de Indias, La Real Hacienda, La Real Intendencia, El Real Consulado y La Real Audiencia. Venezuela dependió de la Real Audiencia de Santo Domingo, actual República Dominicana, hasta 1776, cuando se crea uno de estos tribunales en Caracas.
La economía colonial en Venezuela se fundó sobre la base de la producción y extracción de materias primas para la metrópolis española. La agricultura y la minería se desarrollaron sobre las espaldas de los indígenas y los esclavos negros traídos de forzada desde África. El comercio constituyó el pilar de la acumulación de riquezas para grupos sociales de la Venezuela colonial, éste se realizaba por medio de los canales legales que instauraba el Estado español y por vías ilegales como el contrabando con los comerciantes ingleses y holandeses, instalados en las Antillas Menores y en los actuales territorios de Guyana y Surinam.


Los movimientos precursores de la independencia en Venezuela

Poco después de la llegada de los europeos al continente americano se inició la resistencia por parte de la población indígena, pero ésta fue reducida  a su mínima expresión durante los siglos XVI y XVII. No obstante, la incomodidad de importantes grupos sociales con las regulaciones del imperio español, así como la explotación brutal de los grupos indígenas y esclavos fue combustible que alimentó motines, asonadas e insurrecciones a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del siglo XIX.
Los movimientos de resistencia tuvieron múltiples causas,  como el cobro de altos impuestos, limitaciones impuestas a los criollos para tener acceso a altos cargos en la administración colonial, la dramática desigualdad social y el Latifundio, entre otras. Algunos movimientos de resistencia que destacan en esta época son: la rebelión del Negro Miguel en las minas de San Felipe de Buría (1553), la rebelión del Negro Andresote (1733), la rebelión de San Felipe El Fuerte (1741), la rebelión de El Tocuyo (1744), la insurrección de Juan Francisco de León (1749), la revuelta de los Comuneros de los Andes (1781), la rebelión de José Leonardo Chirinos y José Caridad González (1795), la conspiración de Gual, España y Picornell (1797), la sublevación de Maracaibo (1799) y la invasión libertaria de Francisco de Miranda (1806).

La Independencia y El Libertador Simón Bolívar

Simón BolívarLa etapa que comprende el proceso de independencia de Venezuela puede dividirse en Primera República (1810-1812), Segunda República (1813-1814), Tercera República (1817-1819) y La Gran Colombia (1819-1830).
Los acontecimientos que llevaron a la independencia de Venezuela están ligados a los cambios políticos que ocurrieron en España con la invasión de Napoleón Bonaparte en 1808. Estos sucesos causaron gran conmoción en Caracas, donde el Cabildo de la ciudad se declaró fiel al rey Fernando VII de España. Los revolucionarios vieron en esta situación la oportunidad de colocar el gobierno de la Capitanía General en manos de venezolanos.
Así, el 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la revolución por la independencia de Venezuela, con la renuncia forzada del capitán general Vicente Emparan y el establecimiento de la llamada Junta Suprema o Junta de Caracas, la cual gobernó hasta 1811. El 19 de abril se celebra la proclamación de Independencia de Venezuela.
El 5 de julio de 1811 se inició la firma del Acta de la Declaración de la Independencia y la convocatoria a un Congreso Constituyente, con el fin de elaborar una Constitución para la nueva República. Por ello el 5 de julio se celebra el Día de la Independencia de nuestro país.
Simón Bolívar fue una de las figuras más destacadas de los procesos de emancipación en Suramérica. Luego de la formación de la Junta Suprema, Bolívar viajó a Inglaterra junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática. Allí con el apoyo de Francisco de Miranda consiguen cierto respaldo británico para la causa de la emancipación venezolana. Posteriormente, Bolívar regresa a Venezuela y hace gestiones para que Miranda pueda regresar también. Así, Miranda es nombrado Teniente General y en agosto de 1811 fuerzas bajo su mando logran una victoria en Valencia. Historiadores señalan que fue en esta batalla donde Bolívar tuvo su bautismo de fuego y su primera acción militar distinguida.
Sin embargo, las batallas por la Independencia de Venezuela fueron muchas y los reveses múltiples.
En 1812 cayó la  Primera República. Bolívar se reincorpora a la lucha poco después desde Cartagena de Indias, en Nueva Granada (actual Colombia). Desde allí escribe el famoso Manifiesto de  Cartagena, en el cual hace un análisis político militar de las causas de la caída de la Primera República venezolana, exhorta a Nueva Granada a no repetir los errores y comienza a promover la unión de los pueblos de Suramérica para lograr la independencia.
Simón Bolívar consolidó el control de algunas partes de Venezuela, luego de la Campaña Admirable que logró llegar triunfal a Caracas -desde Nueva Granada- el 6 de agosto de 1813.  Dicha victoria fue de corta duración pues las fuerzas realistas, lideradas por el comandante Boves, retomaron el control de la provincia y obligaron a Bolívar y otros líderes a buscar refugio, primero en el Oriente y luego fuera de Venezuela. De esta forma, cae la Segunda República y Bolívar inicia un periplo por algunas islas del Caribe para intentar reagrupar fuerzas y recursos.  En 1815, Bolívar publica la Carta de Jamaica, documento en el que expone el proyecto ya antes esbozado por Miranda de crea una confederación americana con el nombre de Colombia.
Con el apoyo del presidente de Haití -declarada nación independiente de Francia en 1804-, el general Alexandre Petion, Bolívar inicia de nuevo operaciones militares en Venezuela en 1816, desde la Isla de Margarita. Luego de unos años, donde el sur del país se encontraba en manos patriotas y el norte y zonas pobladas en manos realistas, Bolívar convoca el Congreso de Angostura (en la actual Ciudad Bolívar) junto a representantes de Nueva Granada. Se da comienzo a la conformación de la unión entre Venezuela y Nueva Granada que pasaría a llamarse Colombia (o gran Colombia, para diferenciarla de la actual República de Colombia, que tomó el nombre en 1863) y se trazan planes militares para la expulsión definitiva de fuerzas españolas del país.  En 1821, el ejército colombiano, liderizado por Bolívar y José Antonio Páez derrota a las fuerzas realistas en la Batalla de Carabobo, lo cual significó la derrota de las fuerzas españolas en Venezuela.  El imperio español envió una última expedición armada en 1824 pero fue derrotada en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, dirigida por Bolívar y el general Rafael Urdaneta y que selló definitivamente la independencia de la provincia de Venezuela y Colombia junto a la Batalla de Boyacá, en los Andes colombianos.
Bolívar fija su mirada en el Sur y tomando como punto de partida Bogotá dirige sus fuerzas al actual Ecuador, Perú y partes de Bolivia y ayuda decisivamente a los procesos liberadores en esas regiones.  En Lima es aclamado como El Libertador, título que se mantiene hasta nuestros días.
Al mismo tiempo la República de la Gran Colombia, que abarcaba los territorios que actualmente ocupan Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, partes de Perú, Bolivia, Guyana, Brasil, Costa Rica y Nicaragua,  había empezado a resquebrajarse debido a  factores como el personalismo de algunas figuras políticas regionales, la gran extensión territorial y pugnas acerca del poder central concentrado en Santafé de Bogotá.
El 25 de septiembre de 1828 El Libertador sufre un nuevo atentado contra su vida, llamada la conspiración septembrina, y es salvado por su compañera sentimental y heroína ecuatoriana Manuela Sáenz, llamada La Libertadora de El Libertador.  La agitación política obliga a Bolívar a dejar el cargo de presidente de Colombia e intenta dirigirse a Europa, pero su precario estado de salud lo postra en cama y muere en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
Sus últimas palabras fueron “¡Colombianos! Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.


Etapa Republicana

En el año 1830 varios eventos marcaron el final del período de la independencia: la muerte de Antonio José de Sucre y El Libertador Simón Bolívar, la separación de Venezuela de la Gran Colombia y el establecimiento de la nueva constitución de 1830.
José Antonio Páez sería el primer presidente de Venezuela.
Los problemas de carácter social y político, dejados sin resolver una vez lograda la emancipación de España (1821), la negativa de las elites gobernantes de ampliar la participación política en los años venideros, la miseria en la que vivían los recién liberados esclavos (el gobierno de José Tadeo Monagas abolió definitivamente la esclavitud en 1854) y el latifundismo serían algunas de las causas de la Revolución Federal (1859-1863). Esta “Revolución” desataría una larga guerra civil denominada Guerra Federal. Esta guerra estuvo liderizada por Ezequiel Zamora (muerto en el sitio de San Carlos en 1859), como jefe de los federalistas, y José Antonio Páez y León Febres Cordero por los centralistas. La Guerra Federal finalizó de manera favorable al bando federalista (Tratado de Coche, 23 de abril de 1863), aún cuando los ideales de Zamora fueron traicionados.
El país había quedado arruinado por la guerra cuando Juan Crisóstomo Falcón llegó al poder en 1863. Se crearon 20 estados y se le dio a la nación la denominación de Estados Unidos de Venezuela. En 1864 se preparó una nueva constitución que consagraba los derechos civiles, la propiedad, la inviolabilidad del hogar, la libertad de instrucción, el derecho al voto de los mayores de 18 años y la abolición de la pena de muerte.
Desde 1870 y hasta 1887 gobernó en Venezuela el general Antonio Guzmán Blanco. Lo hizo en tres períodos que se denominaron: Septenio (1870-1877), Quinquenio (1879-1884) y la Aclamación (1886-1887). Su gobierno se caracterizó por una política de apertura al capital extranjero y por la construcción de obras públicas. Guzmán Blanco reformó la enseñanza pública y promulgó medidas anticlericales.
El período de 1887 a 1899 presentó una intensa inestabilidad política, destaca la Revolución Legalista (1892), bajo el mando del general Joaquín Crespo y la Revolución Restauradora, dirigida por el general Cipriano Castro, la cual culminó con la toma de Caracas el 22 de octubre de 1899.


Los Andinos

El 23 de mayo de 1899 Cipriano Castro junto a sus compañeros de armas cruzaron la frontera colombiana para iniciar la Revolución Restauradora, la cual finalizó el 22 de octubre con la llegada a Caracas para asumir la dirección del país. A estos sucesos siguieron cuatro gobiernos que marcaron la historia de Venezuela: Cipriano Castro (1899-1908), Juan Vicente Gómez (1908-1935), Eleazar López Contreras (1935-1941) e Isaías Medina Angarita (1941-1945).
El gobierno de Castro tuvo que enfrentarse a enemigos internos y externos. En Venezuela, varios de sus opositores, algunos generales latifundistas, dirigidos por Manuel Antonio Matos y financiados por banqueros, emprendieron la “Revolución Libertadora”. En el escenario internacional, en 1902, Castro  tuvo que enfrentar el bloqueo naval que impusieron Inglaterra y Alemania debido a que Venezuela se negaba a pagar su deuda (porque carecía de los recursos necesarios) y había confiscado la empresa inglesa que suministraba electricidad a Caracas. Cipriano Castro denunció que las empresas extranjeras intervenían en problemas nacionales al suministrar dinero a los enemigos del gobierno.
Durante la dictadura de Gómez, la economía venezolana experimenta una transformación significativa. Venezuela pasa de ser un país agrícola a ser un país petrolero, por la gran cantidad del recurso que posee el país y debido a grandísimas facilidades que le dio el gobierno de Gómez a las trasnacionales del petróleo para explotarlo y satisfacer la creciente demanda de crudo a nivel mundial, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial. Los ingresos provenientes de la renta petrolera fueron superiores, en la década de 1920, a los provenientes de la agricultura.
A pesar de ello, los que más se beneficiaron de la explotación petrolera en Venezuela fueron las empresas trasnacionales. Estas compañías promovieron  leyes y reglamentos en el ramo a su conveniencia, con la complicidad de las élites de la época. Las consecuencias inmediatas  de esta transformación económica se apreciaron en las migraciones de poblaciones rurales hacia los centros petroleros y algunas ciudades en busca de mejores condiciones de vida, las cuales generalmente no lograron conseguir. Además se produjo una paulatina penetración de los productos, actividades deportivas, costumbres y pensamiento estadounidenses.
Los gobiernos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita destacan porque inician la transición de un país caudillista a uno moderno. Sin embargo, estas transformaciones no satisfacen las aspiraciones de distintos grupos políticos, militares y sociales del país, llevando al derrocamiento de Medina Angarita el 18 de octubre de 1945.


Ensayo democrático del trienio 1945-1948

Una vez derrocado Medina Angarita asume la dirección del país la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt e integrada por Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, el mayor Carlos Delgado Chalbaud, el capitán Mario Ricardo Vargas y Edmundo Fernández.
Durante este período se buscó ampliar  la participación política de la población y de los diferentes grupos partidistas o sindicales; también se reformaron algunas leyes y reglamentos, como se hizo con la Ley de Impuesto Sobre la Renta para reajustar la ley tributaria sobre el petróleo a una tasa 50-50.
Un aspecto importante de esos años fue el establecimiento de la Asamblea Nacional Constituyente el 17 de diciembre de 1946, previa elección democrática de sus miembros, para la elaboración de la Constitución, la cual se promulgó el 5 de julio de 1947. Esta Constitución ofreció el marco jurídico necesario para la realización de las elecciones del 14 de diciembre de ese mismo año,  en las cuales resultó ganador Rómulo Gallegos, quien asumió la presidencia el 15 de febrero de 1948. Gallegos gobernó hasta el 24 de noviembre de 1948 cuando fue víctima de un golpe de Estado militar que estaba comandado por Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez.

La dictadura militar

Una vez derrocado Gallegos, se inicia la dictadura de una Junta Militar presidida por Delgado Chalbaud, quien fue asesinado el 13 de noviembre de 1950 y fue sustituido por Suárez Flamerich. Este asumió temporalmente  lo que entonces comenzó a llamarse la Junta de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela. El 2 de diciembre de 1952 Marcos Pérez Jiménez es nombrado presidente provisional mediante “acta institucional”  y es ratificado por la Asamblea Nacional el 17 de abril de 1953.
El gobierno de Marcos Pérez Jiménez es considerado una dictadura autoritaria y personalista que silenció a las fuerzas de la oposición, prohibió los principales partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda, cerró medios impresos que le criticaron e impuso la censura a la radio y la televisión. Durante su gobierno, un gran número de sus detractores fueron perseguidos, torturados, asesinados, enviados al exilio o encarcelados, sin cargo alguno o por sospecharse de su oposición al gobierno, con la fuerza del brazo represivo denominado  ”Seguridad Nacional”.
Además de su lamentable record en derechos humanos, la dictadura de Pérez Jiménez es conocida por obras de infraestructura como la autopista Caracas-Valencia (Autopista Regional del Centro), la autopista Francisco Fajardo y la urbanización Dos de Diciembre (hoy 23 de enero). Pérez Jiménez impulsa una nueva constitución en la que destaca el cambio del nombre oficial del país desde 1864, “Estados Unidos de Venezuela” por “República de Venezuela”.
A pesar del creciente descontento con su régimen de gobierno, para 1958 Pérez Jiménez tenía intenciones  de permanecer en el poder mediante un plebiscito, lo que produjo una ola de protestas populares que concluyeron con su derrocamiento por un movimiento cívico-militar el 23 de enero de 1958. Pérez Jiménez huyó a República Dominicana, protegido por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, para posteriormente trasladarse a Estados Unidos junto a su familia.


La democracia puntofijista

Con el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958 se inicia una etapa de la historia de Venezuela que algunos han denominado “la democracia puntofijista”. Este término se refiere al pacto firmado entre los partidos Acción Democrática (AD), Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) y Unión Republicana Democrática (URD) el 31 de octubre de 1958 -en la casa del líder socialcristiano Rafael Caldera en Caracas que lleva por nombre “Punto Fijo”-, para garantizar “la estabilidad de la democracia”, a través de la participación igualitaria de estos partidos en el gabinete ejecutivo del gobierno de turno. El Partido Comunista Venezolano (PCV) fue excluido de este pacto, a pesar de su ardua lucha contra la dictadura perejimenista, pasando junto con posteriores agrupaciones de la izquierda a ser perseguidos por muchos años.
En la práctica, este pacto sentó las bases para un sistema bipartidista que restringió el poder político y económico a las élites asociadas a los partidos AD y COPEI.
Los presidentes de ésta época fueron: Wolfgang Larrazábal (1958-1959), Edgar Sanabria (1959), Rómulo Betancourt (1959-1964), Raúl Leoni (1964-1969), Rafael Caldera (1969-1974), Carlos Andrés Pérez (1974-1979), Luis Herrera Campins (1979-1984), Jaime Lusinchi (1984-1989), Carlos Andrés Pérez (1989-1993), Octavio Lepage (1993), Ramón José Velásquez (1993-1994) y Rafael Caldera (1994-1999).
Los años de la “democracia representativa”  fueron regidos por la Constitución de 1961.  Sin embargo, durante estos gobiernos no sólo se cometieron gravísimas violaciones a los derechos humanos, como la desaparición y tortura sistemática y selectiva de ciudadanos, sino que  paulatinamente se afianzó una política de manejo de la renta petrolera para el beneficio de unos pocos sectores tecnócratas del país e intereses trasnacionales. De esta forma,  se fue abandonando a la población en las áreas más básicas y fundamentales (salud, alimentación y educación, entre otros), dejando a un enorme porcentaje de la población en la pobreza.
Esta situación, aunado a la corrupción generalizada y los intentos de aplicar recetas neoliberales a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa -colocando el peso de las medidas de recuperación macroeconómica en los hombros de los sectores más débiles-, contribuyeron a crear un estado de malestar e insatisfacción generalizado dentro del pueblo. El levantamiento popular del 27 y 28 de febrero de 1989 (El Caracazo), las acciones militares del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992 y la elección democrática del ciudadano Hugo Rafael Chávez, el 6 de diciembre de 1998, son parte de este proceso de convulsión y cambio social.
Para conocer más sobre la historia reciente del país, desde la elección del presidente Hugo Chávez Frías en 1998, visite la sección sobre  La Revolución Bolivariana.

La Revolución Bolivariana

1999: Año de la refundación de la República
El inicio de la nueva magistratura presidencial se enarbola en la propuesta de refundar la República mediante el supremo recurso democrático de una Asamblea Nacional Constituyente. La propuesta de Constitución desarrollada en Asamblea Constituyente fue respaldada de manera mayoritaria (71,78%) en la elección del 15 de diciembre del año 1999. Se instaura con esta elección una sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural; enmarcada en un Estado descentralizado y de justicia federal que asegura el derecho a la vida, al trabajo, la cultura, la educación, la justicia social y la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna.
Este hecho convirtió al presidente  Hugo Chávez Frías en el propulsor de un nuevo ciclo histórico para la nación. Las viejas estructuras de poder se agrietaron, cedieron y terminaron por colapsar; se revelaron entonces, por todos los poros de la sociedad, fuerzas y corrientes alternativas de cambio impregnadas de esperanzadoras demandas e inéditos desafíos. Es así como el modelo político constituido sobre las coordenadas del llamado Pacto de Punto Fijo comienza su fin y un nuevo país comienza a abrirse paso entre sus escombros.
2000: Año de la relegitimación de los poderes
Tal y como lo previó el poder constituyente, los cargos de elección popular fueron relegitimados en las Megaelecciones realizadas el 30 de julio del año 2000. Llegó nuevamente la hora de la voz del pueblo en un acto tan trascendental como multitudinario, el presidente Hugo Chávez Frías es reelegido, manteniendo su investidura de Jefe de Estado para presidir los destinos de la nación hasta el año 2006. El Primer Mandatario nacional obtuvo 3 millones 757 mil 773 votos, equivalentes a un porcentaje de 59,76%.
A partir del año 2000, luego de realizadas las Megaelecciones, se da inicio concreto a la V República,  lo que impulsó la transformación pacífica del Estado en función de un modelo revolucionario ydemocrático.
2001: Año de las leyes habilitantes
Dos grupos importantes de leyes habilitantes fueron activados por el presidente Hugo Chávez entre los años 1999 y 2001. Entre ellas destacan leyes tributarias, así como para la eliminación de algunos organismos públicos, la modernización de los trámites administrativos y la regularizacion de las relaciones entre el Estado y el sector privado. Durante este año el presidente Hugo Chávez también concreta la creación del sistema microfinanciero, así como de las leyes que regulan las actividades productivas del sector privado. Asimismo, se reforma la Ley de Hidrocarburos y se crea el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes). Se retoma de este modo la orientación de la industria petrolera como empresa perteneciente a la nación.
Adicionalmente, se diseña el documento Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social 2001-2007, fundamentado en la interacción de los cinco ejes de equilibrio: el económico, el social, el político, el territorial y el internacional. De esta forma, Venezuela se convirtió en el primer país del continente que logró construir un programa estratégico económico-social fuera de las recetas de  organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).


2002: El golpe de Estado
El año 2002 estuvo marcado por el golpe de Estado del 11 de abril. Promovido bajo la fachada de un “paro laboral”, encabezado por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), al cual se plegó el corrupto sindicato de la era puntofijista, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV). Este golpe derivaría en la instauración de una dictadura encabezada por Pedro Carmona Estaga, el entonces presidente de Fedecámaras. Estanga se autoproclamó presidente, abolió los poderes constitucionales y su gobierno cometió serias violaciones a los derechos humanos, en las 48 horas que se mantuvo en el poder. Contrario a la clara condena de esta toma de poder inconstitucional por parte de los países miembros del Grupo de Río y otras naciones del mundo, el gobierno de George W. Bush no condenó el golpe de Estado.
Los archivos hemerográficos y bibliográficos  dejan para la historia las declaraciones del vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, el 12 de abril de 2002, en las cuales aseguraba que el presidente Hugo Chávez promovió la crisis, por  lo cual  se había instalado  “un gobierno civil transitorio”. El vocero del Departamento de Estado, Philip Reeker, declaró ese mismo día que “los eventos de ayer en Venezuela resultaron en un gobierno transitorio hasta que se puedan realizar nuevas elecciones”. Un informe que posteriormente elaborara la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado señalaría “que era claro que la NED (Nacional Endowment for Democracy), el Departamento de Defensa, y otros programas de asistencia de Estados Unidos habían proveído entrenamiento, apoyo para el desarrollo institucional y otros apoyos a individuos y organizaciones que estuvieron activamente involucrados en la breve expulsión del gobierno de Chávez” (esta oficina agrega, sin embargo, que no consideraba que este apoyo había contribuido “con dicho evento”; no se utiliza la palabra golpe de Estado).
Este golpe de Estado también será recordado como el primer “golpe mediático” de la historia contemporánea. Tal como ha sido reconocido por organizaciones de derechos humanos, todos los canales privados en el espectro radioeléctrico público no sólo apoyaron el golpe, sino que desarrollaron un “blackout” cuando se iniciaron las movilizaciones de calle en apoyo al presidente Hugo Chávez.   Mientras el pueblo venezolano salía a las calles reclamando el regreso del Presidente que  eligieron democráticamente, estos medios privados transmitían comiquitas, películas  y novelas.
Afortunadamente, las fuerzas antidemocráticas nacionales y sus aliados trasnacionales fracasaron en su intento. La mayor parte de las Fuerzas  Armadas permaneció leal a la Constitución junto con el pueblo, que saldría en masas a las calles para exigir el retorno del presidente Hugo Chávez, hecho que ocurrió  la madugrada del 13 de abril de 2002 .
En una reacción que constituiría una lección para muchos, el mandatario venezolano invoca inmediatamente un diálogo constructivo para el bien del país. No obstante, las apetencias políticas de grupos opositores y de la vieja élite tecnócrata y política vuelven a insistir en la salida violenta del Presidente democráticamente electo, promoviendo un sabotaje petrolero. Nuevamente el país debe afrontar duras circunstancias debido a que la mayor parte de los gerentes de la estatal petrolera, en un acto de traición a la patria, inflige daños severos a la nación, mediante el secuestro técnico de la industria.
2002-2003: El sabotaje contra la industria petrolera nacional
Aunque no siempre de manera explícita, la reforma petrolera, por lo que implica en términos de la capacidad del Estado para  manejar la renta petrolera, ha ocupado un lugar central en la aguda confrontación política que tiene lugar en nuestro país. El golpe de Estado de abril de 2002, con el derrocamiento del gobierno por 48 horas y el golpe petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, lo mostraron con palmaria nitidez. El gobierno de facto de abril de 2002 no llegó a nombrar su gabinete completo, pero sí fue designado un nuevo presidente de la estatal petrolera, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el general Guaicaipuro Lameda, quien había sido removido del mismo cargo en febrero, por oponerse a la Ley de Hidrocarburos recién promulgada. Durante las escasas horas que duró el gobierno de facto, esa ley fue derogada por decreto; igualmente, el acuerdo bilateral de suministro de petróleo a Cuba fue suspendido. El golpe de abril de 2002 fue la culminación de un “paro cívico”, en apoyo al conflicto de la gerencia petrolera contra el gobierno, y  el sabotaje a la industria llevado a cabo en diciembre de 2002 y enero de 2003 fue la continuación del frustrado golpe de abril.

El lunes 2 de diciembre de 2002, fuerzas de oposición al gobierno de Hugo Chávez iniciaron una acción política llamada “paro cívico nacional”. El 4 de diciembre los canales de televisión y radio  del país comenzaron a trasmitir conjuntamente la noticia de la paralización de un tanquero de PDV Marina, el Pilín León (actual Negra Matea), en el canal de navegación del Lago de Maracaibo. Las imágenes mostraban cómo la tripulación de ese barco apoyaba y participaba en la acción. El tanquero permaneció fondeado, bajo el control de la tripulación insurrecta, durante diecisiete días y  se convirtió en la expresión más clara del compromiso de muchos gerentes y trabajadores medios de la vieja Pdvsa con la acción que ya se había convertido claramente en sabotaje. De allí en adelante, dirigentes de los corruptos sindicatos petroleros, que promovieron la paralización de la industria, conjuntamente con representantes de Fedecámaras  y de la CTV aparecerían como voceros e instigadores principales de esta acción insurreccional.
Tal como había ocurrido durante el golpe de Estado de abril de 2002, esta acción estuvo marcada por la insólita afiliación de la patronal y un sindicato de trabajadores para cometer nuevamente actos ilegales contra los poderes constitucionales en el país. Esta vez confiaron que, luego del fracaso del golpe político, la desestabilización de la principal fuente de ingresos de Venezuela -la industria petrolera-, terminaría por asfixiar al gobierno Bolivariano y obligaría a la renuncia del presidente Hugo Chávez. Las televisoras privadas apoyaron abiertamente la acción con 64 días continuos de propaganda contra el gobierno democráticamente constituido.
Los sucesos del Pilín León demostraron rápidamente que la estrategia se centraba en lograr la paralización del sector petrolero nacional. Siguieron a la tripulación del Pilín León, la de los demás tanqueros de PDV Marina, gerentes y operadores de refinerías, parte de los empleados y trabajadores de los campos, profesionales y técnicos de las áreas de informática, contratistas de transporte interno de combustibles y derivados, en resumen, personal de distintas áreas con capacidad real para perturbar seriamente el funcionamiento de la principal industria nacional. Las acciones del sabotaje petrolero consiguieron restringir, entre otras actividades, la producción de combustibles aeronáuticos, gasolina y gasoil; así como el transporte desde los centros de producción o refinación hacia los centros de suministro comercial.
Los daños al país fueron enormes. De acuerdo a estudios  del Ministerio de Finanzas y del Banco Central de Venezuela, el monto de las pérdidas por ventas no realizadas llegó a 14.430 millones de dólares aproximadamente, lo cual motivó una disminución de un monto cercano a 9.998 millones de dólares en la capacidad contributiva de Pdvsa y sus filiales al fisco nacional. Esto limitó la capacidad del Ejecutivo nacional para la ejecución de sus planes y programas. El Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una caída de 15,8% durante el cuarto trimestre de 2002 y de 24, 9%, durante el primer trimestre de 2003. En el sector petrolero la caída del PIB fue de 25,9% y 39,3% respectivamente. Se registró igualmente una contracción en los montos de las reservas internacionales en divisas y del Fondo para la Estabilización Macroeconómica, lo cual obligó al Ejecutivo nacional, conjuntamente con el Banco Central de Venezuela, a dictar las medidas para establecer un sistema de control de cambios, con el fin de atenuar los efectos negativos sobre la economía nacional.
Esa acción golpista fue derrotada gracias al esfuerzo de los trabajadores  y trabajadoras patriotas que se mantuvieron activos,  la incorporación de personal jubilado; así como gracias a  la movilización de fuerzas militares y sectores populares en defensa de una empresa vital para el futuro de Venezuela como nación independiente.


2003: Año de la recuperación de Pdvsa
La  firmeza del presidente Hugo Chávez Frías, en unión con el pueblo soberano y las  fuerzas armadas, fueron determinantes para que el país saliera airoso del escollo de proporciones nunca vistas que representó el sabotaje petrolero. Sorprendentemente, durante el año 2003 Pdvsa incrementó sus ganancias en 1,5 mil millones de dólares, al lograr un ahorro de 3.100 millones de dólares.
A raíz del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y el sabotaje petrolero de diciembre del mismo año, el gobierno de Hugo Chávez Frías comenzó a desarrollar una campaña internacional para informar al mundo sobre la verdadera situación política y económica venezolana, lo que permitió aclarar informaciones falsas o manipuladas que confundieron a muchos líderes y pueblos. Asimismo, la política exterior venezolana logró extenderse con la firma de convenios bilaterales en materia energética, agroalimentaria, comercial e industrial.

2004: Año de la gran victoria popular y revolucionaria
El 15 de agosto de 2004 puede considerarse como una de las fechas de más alta significación en la reciente historia política del país. En esa oportunidad se efectúa un referéndum popular para evaluar la gestión gubernamental del Presidente, promovido por factores de la oposición. El resultado de ese evento de democracia participativa y protagónica fue una contundente victoria a favor de la aprobación del mandato presidencial de Hugo Chávez Frías. Este hecho constituyó un hito en la historia nacional, continental y mundial, ya que era la primera vez que un jefe de Estado  de un gobierno democrático se sometía a este tipo de consulta  en el mundo entero.


2005: Año del salto adelante
Foto: Franklin Reyes, MinCIDurante este año, la gestión del presidente Hugo Chávez Frías logró  expandir las misiones sociales.  Estos programas sociales masivos, en áreas tan variadas como salud, alimentación, educación, cultura, capacitación para el trabajo y conservación ambiental, contribuyeron con el nacimiento de la nueva institucionalidad y la nueva visión social que fundamenta el proceso de cambios en Venezuela.
Asimismo, el presidente Hugo Chávez promueve la formación de la Alianza Bolivariana para las Américas, (ALBA, posteriormente denominada Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América), como un esquema de cooperación internacional alternativo, fundamentado en la solidaridad y la complementariedad. De esta forma, marca distancia del fracasado modelo de “libre comercio” encarnado en la propuesta del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), promovida por Washington.
Otro aspecto que representó un avance fundamental para Venezuela, fue  el inicio de las negociaciones para entrar al Mercado Común del Sur (Mercosur) y la aceleración de medidas   que permitieron la ubicación del Producto Interno Bruto (PIB) en 9,4% durante el año 2005, lo cual significó que Venezuela lograba nueve trimestres consecutivos de crecimiento económico sostenido, por primera vez en años. Igualmente, se incrementó la producción del hierro, el aluminio y el acero, con lo cual la nación batió récords históricos. Adicionalmente, se aumentó la producción agrícola en distintos rubros, el comercio y la inversión internacional, entre otros. La inflación cerró en 14,4% ese año.
2006: Año de la participación popular
Foto: Iván Ordóñez, MinCIEl año 2006 trajo consigo una nueva oportunidad para ratificar tanto la legitimidad democrática, como la trascendencia y la  continuidad del proceso de cambios iniciado con la primera elección del presidente Hugo Chávez. Esto  se confirmó con la victoria popular obtenida por el presidente Hugo Chávez en las elecciones del 3 de diciembre de ese año, las cuales ganó con más de 60% de los votos.
Así, se inicia un nuevo período  de la Revolución Bolivariana, guiada como lo indica la Constitución de 1999 por  los valores de la “libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la Ley”.
Elecciones presidenciales del 12 de octubre de 2012
 El 7 de octubre de 2012 se celebraron las elecciones presidenciales en Venezuela con una tasa histórica  de alta de participación electoral de más del 80%, lo que confirma el compromiso del país con la  participación pacífica y democrática, así como el alto nivel de madurez política de su electorado.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), poder público  independiente – responsable de la transparencia y  eficiencia de los procesos electorales -, Hugo Chávez ganó  con poco más del 55% de apoyo popular.
Elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013
Debido a la muerte del presidente Hugo Chávez el 5 de marzo de 2012, Venezuela celebró elecciones presidenciales el 14 de abril de 2013, con una tasa de participación de 79,17%.
Esta votación, la décimo octava en poco más de 14 años, es todavía otro ejemplo del compromiso firme del país con la democracia. Nicolás Maduro, quien se desempeñó como presidente interino desde el fallecimiento del líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez , ganó las elecciones con 50,75% de los votos. Con esta victoria, Maduro continuará liderando las políticas impulsadas por el presidente Chávez.


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