miércoles, 2 de octubre de 2013

CACIQUES DE VENEZUELA, lIDERES DE LA RESISTENCIA INDIGENISTA DEL SIGLO XVI

Cacique Guaicaipuro


Guaicaipuro nació en Caracas, Venezuela en 1530. Fue un Cacique guerrero de confianza del Cacique Catuche. Asumió el cacicazgo a los 20 años cuando Catuche muere. Conocido actualmente como Guaicaipuro en documentos de la época se le encuentra con el nombre de «Guacaipuro».
Fue un firme opositor de los conquistadores españoles en las recién descubiertas tierras venezolanas (1498). Guaicaipuro gobernaba a los Indios Caracas y los Teques, ejerciendo directo control sobre los seis caseríos que circundaban su cuartel general en Suruapo o Suruapay, situado en el actual San José de los Altos en la vertiente de la quebrada Paracoto. Baruta era el nombre de su hijo mayor, y los nombres de sus dos hermanas eran Tiaora y Caycape.
Al descubrir unas minas de oro en tierras de los Teques, Pedro de Miranda comienza su explotación, pero fue atacado por Guacaipuro y tuvo que abandonarlas. En 1560 el Gobernador Pablo Collado nombra a Juan Rodríguez Suárez, Teniente General de la Provincia de Caracas y le ordena pacificar a Guaicaipuro. Rodríguez se alía con el mestizo Francisco Fajardo y vence al Cacique de los Teques en las batallas de San Pedro y La Quebrada, creyó que la región había sido pacificada y deja en las minas varios obreros para trabajarlas junto con tres hijos suyos. Ausente Suárez, Guacaipuro asaltó las minas matando a los trabajadores y los hijos de éste.
Fajardo intenta fundar un caserío en lo que hoy es Catia. Sin embargo, ante un ataque ordenado por Guaicaipuro y ejecutado por Paramaconi, el recién fundado caserío (1560) es arrasado. En 1561, Juan Rodríguez Suárez refunda el caserío con el nombre de Villa de San Francisco, pero corre la misma suerte que el anterior.
Al enterarse Juan Rodríguez Suárez del desembarco del tirano Lope de Aguirre, se dirigió hacia Valencia con sólo 6 soldados, situación que aprovechó Guacaipuro junto con Terepaima para emboscarlo y asesinarlo. Guaicaipuro convoca entonces a una alianza estratégica de todos los caciques de la región, aceptan el pacto los jefes Baruta, Naiguatá, Chacao, Aramaipuro, Guaicamacuto, Paramaconi, Terepaima y Chicuramay.
Durante años esta alianza se mostró triunfadora, pero Guaicaipuro perdió su oportunidad en Maracapana, en 1568, batalla clave en la que participaron todas las tribus aliadas. Derrotados por el ejército conquistador en forma contundente, la coalición se disuelve y los jefes regresan a sus tierras.
Guaicaipuro se refugió en Suruapo. Al temerse por el futuro de la recién fundada Santiago de León de Caracas (1567). Como medida ante el inminente ataque a dicha ciudad, Diego de Lozada (fundador de Caracas) ordenó la captura de Guacaipuro al alcalde Francisco Infante, quien, con indios fieles que conocían el paradero del cacique salió con 80 hombres. A la media noche llegaron al alto de una fila, en cuya falda estaba el pueblo de Suruapo donde Guacaipuro tenía su vivienda; Infante con 25 hombres se quedó allí para proteger la retaguardia y retirada en caso de una derrota, mientras Sancho del Villar con los demás bajaba a ejecutar la prisión del indio.
Siguiendo indicaciones del Presidente Hugo Chávez el 8 de diciembre de 2001 los restos simbólicos del Cacique Guacaipuro (sus restos nunca fueron encontrados) fueron trasladados luego de una ceremonia al Panteón Nacional.

Cacique Chacao

Chacao Chacao, llamado el Hércules americano, de raza caribe, gobernaba justamente en la región caraqueña que hoy lleva su nombre, pero su dominio iba mucho más allá, acercándose a Los Teques. Su aspecto físico era impresionante, era de gran tamaño, tenía audacia y una capacidad muy especial para preparar ataques tipo comando.
Su cacicazgo lo ejercía con sentido democrático y no se recuerda ninguna injusticia cometida contra su gente. Era respetuoso de las normas y de las tradiciones que regían a su pueblo, inclinándose fuertemente por la ayuda a los más débiles, especialmente niños y mujeres.
Su territorio lo defendió con tesón y empuje. Se alió con Guaicaipuro y participó en la coalición de jefes que durante siete años mantuvieron el control sobre todo el valle de los Caracas y la región montañosa de los indios Teques. En 1567 el indio Chacao se enfrenta a Juan de Gámez, oficial de Diego de Losada, quien lo envia a prisión. Al saber Losada que el bravo Chacao es su prisionero, decide dialogar con él y de esta manera recobró su libertad. En 1568 renueva su alianza con Guaicaipuro y con sus hombres acude al sitio de Maracapana, serranía adyacente a Caracas.
Conocida su inclinación a ayudar a los débiles, especialmente a los niños y mujeres, se le hace saber que un capitán llamado Catario había secuestrado a dos indiecitos y que los tenía esclavizados, juró rescatarlos y devolverlos sanos y salvos a su familia. Chacao fue a rescatar a los niños, entró con gran destreza al campamento español y los liberó. Los hombres de Chacao observaron que su jefe estaba gravemente herido, fue atendido de inmediato por su piache, pero ya no había nada que hacer, el cacique había perdido mucha sangre. Su muerte causó un profundo dolor en su pueblo.


El Cacique Caricuao, lideró una rebelión y combatió contra los españoles en el valle de Caracas.

Cacique Catia




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Catia fue un cacique indígena de Venezuela que ejercíó su mando en el territorio ubicado desde la fila que ocupaban los mariches, siguiendo toda la serranía que circunda a Caracas, hasta el litoral.
Le gustaba enseñar a los jóvenes guerreros y entre sus alumnos estaba el cacique Tiuna. Supo ganarse la amistad de numerosos caciques y jefes de tribu. Fueron sus aliados, entre otros, Guaicaipuro, Mamacuri, Guaicamacuto, Naiguatá, Chacao, Baruta y Prepocunate, con cuya colaboración obtuvo significativas victorias.
Derrotó a las huestes de García González en el valle de Los Guayabos. Era gran estratega, fue piache, con grandes conocimientos de hechicería, magia y artes curativas. Cuando murió Guaicaipuro, quiso recomenzar sus proyectos para enfrentar al enemigo y se entrevistó con sus caciques amigos, pero cansados de combatir, desmoralizados por la muerte de Guaicaipuro y después de la batalla de Maracapana, ninguno de ellos quiso volver a los enfrentamientos aborígenes.
Muere en Los Teques, en 1568, luchando contra las tropas de Diego de Losada.


Cacique Cayaurima


Cayaurima era un cacique cumanagoto de formidables atributos para la lucha, logró que numerosas tribus vecinas e incluso lejanas se unieran a la suya en la contienda a muerte contra el invasor.
En 1520, hace frente a los españoles asentados en Nueva Andalucía, hoy Cumaná. En una de esas batallas dan muerte al gobernador, capitán Diego Fernández de Zerpa, primer mandatario español en esa población.
Cayaurima se caracterizó por su cojera, producto de una estocada de lanza recibida en combate. Cae muerto en una celada que los españoles le tendieron, cuando merodeaba un campamento castellano.

Cacique Conopoima

Conopaima fue cacique luego de la muerte del cacique Guaicaipuro por ser el hombre de confianza de él. Se cree que fue de origen caribe, procedente de lejanas tierras. Llegó a las proximidades de Los Teques y se radicó en El Peñón.
Venció en muchas peleas al lado de Guaicaipuro y una de sus más sonadas victorias fue la de Las Adjuntas.
En enfrentamiento con Garci González de Silva, en el sitio de Los Carrizales, en 1572, donde al bravo Sorocaima le es amputada la mano, el cacique Conopaima decide buscar la paz con el invasor y se retira de la lucha. Más tarde se arrepiente de su determinación y vuelve a la lucha contra el enemigo. Una noche, estando con su esposa a orillas del río Macarao los españoles los emboscaron y les dispararon para matarlos. La mujer del cacique resultó herida. Conopaima la tomó en sus brazos y ya en la curiara decidió hundirse con ella para morir juntos, pero no fue necesario, un soldado acabó con la vida del cacique.

Cacique Guaicaimacuto




Guaicamacuto era un cacique de la tribu de los caribes se caracterizó por ser calculador, astuto y buen negociador con sus homólogos y jefes indígenas. Comandaba la costa litoral venezolana, desde La Guaira hasta Oriente. En 1555 inicia su entrada en la historia al recibir al mestizo Francisco Fajardo en forma pacífica. En 1558, Guaicamacuto en unión con el indio Paisana, dirigió la rebelión contra los españoles.
Promovió la Alianza de Uvero con Terepaima, Catia y Paramacay. Atacó a Rodríguez Suárez, unido a Terepaima y Guaicaipuro en el sitio de Las Lagunas, donde perdió la vida el capitán español. En 1568 se unió a Guaicaipuro en la batalla de Maracapana. Más tarde decide pactar con Losada lo que le permitió regir en paz los designios de su pueblo hasta que le sobrevino la muerte a edad avanzada.

Cacique Guarauguta



Guarauguta fue un cacique que intensificó sus ataques contra el Capitán Diego García de Paredes en 1562 quien es llamado a España y designado gobernador de la provincia de Popayán y cuando venía a tomar posesión de su cargo, en 1563, decide descender en Cabo Blanco, Venezuela, y es atacado por el cacique Guarauguta, así pierde la vida al lado de sus lugartenientes Alonso Zapata y Francisco de Las Casas. Pocos hombres pudieron salvar sus vidas. Huyen en su barco y viajan hacia Borburata, esto le dio fama al cacique Guarauguta, quien intensificó sus ataques contra los invasores. El capitán Gómez de La Peña, vence al guerrero, quien muere acribillado en los alrededores de Catia La Mar.


Cacique Manaure


El Cacique Manaure fue un patriarca y potente jefe del Occidente venezolano, de sabia administración para la prosperidad de sus regiones. Este cacique jamás empeñó palabra que no cumpliera y era considerado un hombre pacífico y negociante que apreciaba la paz como sistema de vida. Su relación con los españoles se complicaba en ocasiones, pero no por su culpa. Los conquistadores irrespetaban la autoridad de los caciques y ni siquiera consideraban a aquellos jefes que se convertían en sus aliados.
Manaure fue jefe de la nación caquetía o caiquetía, la cual estaba ubicada en la zona que hoy ocupa el estado Falcón. El pueblo caquetío era caracterizado por ser pacífico, trabajador, y en las faenas agrícolas fue el más sobresaliente. Era un hombre valeroso, pero prudente, que ostentaba un cacicazgo muy al estilo de las cortes europeas. A diferencia de Guaicaipuro y, en general, los jefes caribes, no sufrió penurias y pruebas antes de ser designado cacique.
Representaba a una nación que tenía como principio servir al jefe, brindándole toda clase de comodidades. En sus recorridos, el jefe caquetio era transportado en hamaca o en andas, cargado por sirvientes de su propia tribu. Su área de influencia abarcaba además las islas circunvecinas, hoy llamadas Aruba y Curazao. Su centro de poder lo tenía ubicado en el poblado de Todariquiba, cerca de la actual Sabaneta. Cuando llegaron los conquistadores españoles, Manaure quiso evitar que su nación caquetía fuera esclavizada y destruida. Para esto buscó la protección de Juan de Ampíes, un conquistador bondadoso y noble, que acababa de fundar la ciudad de Santa Ana de Coro y se traslada a esa ciudad.
Manaure tuvo una hija Judibana, que se casó con el cacique Hurehurebo de Paraguaná, que al igual que el Cacique Manaure fue bautizado el 26 de julio de 1527, Día de Santa Ana de Coro.

Negociación de la paz

Manaure entró en contacto con los españoles a través de sus guerreros Baracuyra y Baltasar. En principio, negociaron la paz con Gonzalo de Sevilla, asistente de Juan de Ampíes, hacia el año 1522. En 1525 un grupo de traficantes de esclavos asaltan la zona y toman prisioneros a varios parientes de Manaure. Ampíes los socorre y los rescata de sus captores, que los habían llevado a Santo Domingo para venderlos, y Manaure quedó para siempre agradecido de Ampíes, quien lo bautiza.
En los años iniciales de la conquista de América por parte de la corona española, el rey Carlos I, ante las enormes deudas que había contraído con los Belzares, banqueros alemanes, decidió cederles la administración y conquista de la recién fundada Provincia de Venezuela. Con la llegada de las nuevas autoridades Ampíes tuvo que retirarse a la isla de Curazao. Cuando Ambrosio Alfinger asume el poder apresa a Manaure. Luego de su liberación, Manaure se retira a unos 300 kilómetros de Coro.
A Manaure le fue conferido señorío sobre tierras y vasallos, pero este trato se rompe y el viejo cacique se refugia con sus bravos en las tierras de Yaracuy, que le da protección, y allí muere en un enfrentamiento con los hispánicos en el sitio de El Tocuyo. En la ciudad de Punto Fijo existe una urbanización que lleva el nombre de su hija Judibana.

Cacique Naiguatá

Naiguatá era un cacique de la familia caribe, ejercía su dominio a lo largo de una extensa zona costera que partía del río Anare, en los predios del Cacique Guaicamacuto, hasta las costas anzoatiguenses de lo que hoy se conoce como Puerto La Cruz.
Naiguatá, tenia como huéspedes a los soldados de Rodríguez Suárez y uno de ellos, queriendo lucir sus dotes de cazador, hirió de muerte a una gaviota, hecho que encolerizó a Naiquatá, exigiendo la ejecución del agresor y no consiguiendo tal solicitud con Rodríguez Suárez, tomó por asalto el campamento de los soldados y sometió a sentencia al inculpado. Al momento de dar muerte al reo, una bandada de gaviotas hizo acto de presencia Naiguatá interpretó como el perdón de las aves hacia el agresor y lo soltó.
Naiguatá vivió muchos años y pudo conocer muchos de los cambios culturales que impuso el colonizador.


Cacique Paramacay

El Cacique Paramacay fue de origen cumanagoto, gobernó su tribu hacia el año 1569. Su territorio estaba ubicado en la región de Mamo, entre la costa barloventeña y el valle de Los Guayabos.
Tocó a Paramacay un tiempo difícil en la lucha contra el colonizador, por cuanto debió reiniciar los enfrentamientos a raíz de la instauración de un encomendero, el capitán Julián Mendoza, quien quiso imponer el trabajo gratuito y obligar a los menores de 20 años para que se convirtieran en servidumbre suya o de sus familiares.
Paramacay enfrenta en diversas escaramuzas a su tribu contra el encomendero y sus seguidores. En una de ellas captura y secuestra a Dolores Ruiz, la esposa de Julián Mendoza y a sus dos hijos menores por quienes exige rescate al comendador y pide trato justo y conciliatorio para los suyos, logrando su objetivo mediante la presión del plagio.


Cacique Pariata




Pariata fue un cacique venezolano, su territorio abarcaba todo el sitio de lo que aún hoy se llama Pariata en el litoral central. Estaba residenciado en el lugar denominado Los Guayabos, en lo que hoy es Catia La Mar. Pudo ver la fundación de La Guaira por Diego de Osorio el año de 1589 antes de morir.
Su vecino más cercano era el Maiquetía, quien muy pronto decidió pactar la paz con los españoles. Pariata no se doblegó, una de sus más recordadas hazañas fue el ataque al bergantín español El Pelayo, el cual incendió y destruyó por completo.
Decidió pelear al lado de Guaicaipuro hasta que murió para luego servir en las tropas de Tamanaco, una vez liquidada la resistencia y pacificados la mayor parte de los grandes jefes se retira con sus familiares a un sitio apartado.


Cacique Yaracuy

Yaracuy era el hijo del cacique Chilúa y nieto del indómito Yare, comandaba un imperio de más de 500 poblaciones indígenas, conocida como Guadabacoa.
En el momento del Descubrimiento, el inmenso imperio central estaba integrado por otras tribus, tales como, tarananas, yaritagua, acharigua, torondoyes, y zararas.
Otras tribus, entre ellas los macaures y los caripes se aliaron con los españoles para hacerle frente a Yaracuy.
El conquistador Diego García de Paredes, junto con el capitán Juan de Vargas, intentaron tomar tierra firme e instalarse en el bastión de El Tocuyo, pero Yaracuy los venció en la batalla de Cuyucutúa, en 1552.
Luego es capturado y condenado a muerte, pero consigue desarmar y poner fuera de combate a varios soldados y al fin sucumbió bajo el fuego de los arcabuces.

Cacique Yare

Yare era el cacique de cumanagotos, quiriquires, charagotos y araucos, gobernante de las tierras que hoy comprenden los estados Miranda, Anzoátegui y parte de Monagas, fue además Piache y sumo sacerdote y uno de los guerreros más fieros entre todos los que se enfrentaron al conquistador español. Derrotó en Maturín al capitán Zerpa, unido a Terepaima; en Barquisimeto, hicieron morder el polvo a Juan Rodríguez Suárez.
Al enterarse de la muerte de Tamanaco, Yare tembló de ira y juró vengarse del capitán Mendoza, dueño de la fiera que dio muerte al cacique, lo persiguió hasta que consiguió acorralarlo en Aragûita. Al tenerlo prisionero lo hizo degollar, junto con su perro, y la cabeza de ambos las envió a los familiares de Tamanaco. Yare siguió su guerra sin cuartel, venciendo y siendo vencido, hasta que un día de 1575 los arcabuces españoles acabaron con la vida del guerrero.

Cacique Chicuramay – Cuaicurián

Chicuramay -Cuaicurián Chicuramay fue uno de los veintitrés caciques que fueron condenados a muerte después de la desaparición de Guaicaipuro, por una cruel decisión de la Alcaldía de Caracas, que deseaba alcanzar rápidamente la pacificación del valle. El alcalde los hizo aprisionar, los juzgó sin pruebas y los condenó a muerte. Chicuramay era un cacique muy joven, valiente y amado por su gente, lo que motivó que uno de sus guerreros, el bravo Cuaicurián, se presentara a los jueces, que eran Pedro Ponce de León y Martín Fernández de Antequera y les afirmara que estaban en un error y que el verdadero cacique Chicuramay era él. Sorprendidos los dos funcionarios por la aseveración, procedieron a interrogarlo y quedaron convencidos, ya que Cuaicurián era un joven fuerte con dotes de mando y con conocimientos de las operaciones de su tribu.
Cuando Chicuramay recibió la noticia de que estaba en libertad, no imaginó nunca la dolorosa razón que la causaba.
Cuaicurián fue torturado por indios mercenarios, al igual que los otros 22 caciques, y al despuntar el alba fue salvajemente asesinado. Era el año 1569. Chicuramay tembló de ira al saber toda la verdad y buscó venganza. Averiguó que el asesino había sido un hombre de apellido Portolés, que trabajaba como asistente de Fernández de Antequera y le quitó la vida.

Cacique Maracay

El Cacique Maracay fue un valiente guerrero, perteneciente a la tribu de los Araguas, cuyo nombre serviría luego para denominar una nueva tribu descendiente de la que él era originario. Dominó sobre la extensión que hoy ocupa el estado Aragua y parte de otros estados colindantes, especialmente hacia la costa por los predios del cacique Turiamo, quien fuera su aliado en muchas batallas.
La fama de Maracay se sustenta en la derrota de Rodríguez Suárez. La batalla sostenida contra los soldados del mencionado capitán degeneró en duelo entre cacique y conquistador. La destreza y fortaleza de Maracay acabó pronto con su contrincante, quien debió retirarse vencido a su campamento.

Muerte

La muerte de Maracay le sobreviene a temprana edad, como consecuencia de la traición de uno de los suyos, lo que permite que el conquistador español lo ejecute mientras descansaba.

Cacique Meregote


Meregote fue un cacique de la tribu de los araguas que dominaban sobre la extensión que hoy ocupa el estado Aragua y parte de otros estados cercanos. Fue el sucesor del Cacique Maracay. Dirigió a sus hombres en contra de los invasores españoles. Como líder y estratega logró reagrupar a los indios araguas y los convoco a un juramento en el que se comprometieron, en honor de su antiguo jefe Maracay, a luchar hasta la muerte.
La tierra ocupada por el cacique Meregote y sus indios araguas debía ser rendida a la bandera española a la mayor brevedad. Los dos bandos se enfrentaron en una batalla definitiva en el sitio denominado La Colina de La Cruz donde murieron los hombres de Meregote sin rendirse.


Murachí

 

Murachí Con este nombre se conoce al bravo cacique mocotíe, que habitaba en la sierra merideña, en un lugar de muy difícil acceso cercano al río Chama. El sitio era denominado Murrupuy por los indígenas. Eran indios laboriosos, que producían algodón con el que tejían bellas cobijas y ruanas, que les servían para protegerse de las inclemencias del tiempo. También producían otras artesanías y se dice que llegaron a poseer minas de oro en Acequías y Aricagua. Enfrentó las tropas de Juan de Maldonado, que fundó Mérida en el año 1559. Su esposa era la princesa Tibisay, hija del cacique de Las Vegas del Mucujún.
Eran adoradores del sol, al cual llamaban Ches. En la medida en que la guerra avanzaba, Murachí se dio cuenta de que la gran belleza de su amada la ponía en peligro y para protegerla la envió hacia el interior de su territorio, en el sitio más recóndito y secreto, en compañía de sus guerreros más leales. Sus hombres fueron diezmados y su tierra conquistada por el hombre blanco, pero Murachí nunca se rindió. Murió peleando contra el invasor en el año de gracia de 1560.

Cacique Paramaconi

 


Paramaconi fue un cacique venezolano de raza Caribe que habitó en la zona centro-norte-costera del país. Su nombre significa «caimán pequeño» y los españoles le llamaban el cacique-caballero. Se unió a Guaicaipuro y presentó una dura oposición a los conquistadores españoles que invadian sus tierras.
En 1561 Guaicaipuro atacó las minas de la región de Los Teques, en donde murieron todos los españoles, incluyendo los hijos de Rodríguez Suárez y Paramaconi también arrasó con sus guerreros la Villa San Francisco, levantada por Rodríguez, en el mismo lugar donde Losada fundará a Caracas seis años más tarde. Cuando ya tenía ganada la batalla, ocurrió que una estampida de ganado destrozó a sus bravos toromainas y se vio obligado a retirarse.
Paramaconi atacó más tarde, unido a la coalición de caciques, el sitio del Collado (hoy Caraballeda) en donde vencieron a Fajardo y éste se retiró a Margarita con sus hombres. En 1567 llegó Diego de Losada y realizó la fundación de Caracas. En 1568 concurre a la gran coalición convocada por el jefe Guaicaipuro, pero la operación no tuvo éxito.
A comienzos de 1570, Garcia González decidió exterminar al enemigo y lo atacó de noche en su caney. Paramaconi en la lucha fue herido y González le mando a curar las heridas y a partir de ese momento hubo paz entre ambos hombres y fueron amigos.

Cacique Prepocunate


Prepocunate
Formado entre los guerreros de confianza de Guarauguta, al lado de quien luchó hasta su muerte, Prepocunate recibe el cacicazgo de los indios guaraúnos, entre quienes se destaca por su ferocidad. Era hombre de poco hablar, de extrema exigencia con sus hombres y consigo mismo. Esta conducta ejemplar le dio un halo carismático entre las tribus caribes y eso le permitió acometer con valor y éxito cientos de empresas en contra de las tropas españolas.
Para doblegarlo, el gobierno español seleccionó a los capitanes Hurtado y Carrizo, quienes lo apresaron y para que no escapara lo amarraron alrededor de un árbol, custodiado por un pelotón que debía escoltarlo hasta el momento de su ejecución.
Al día siguiente al amanecer, Hurtado fue a buscar al prisionero para conducirlo al lugar de su ejecución, al llegar al árbol sólo encontraron las sogas rotas, tiradas en el suelo, junto a una rosa de montaña que el fiero guerrero caribe acostumbraba usar en su larga cabellera negra.
Prepocunate no apareció. Se desvaneció, sin que los españoles pudieran encontrar una explicación racional. Sin embargo, a los pocos días volvieron a saber del cacique. Prepocunate comenzó entonces una guerra devastadora, golpeando duramente al adversario, sin darle tiempo para reaccionar, y desapareciendo con toda rapidez del campo de batalla. Un día del año 1570 al tratar de atacar por sorpresa en el sitio donde hoy se levanta la ciudad de Los Teques, fue nuevamente cercado y luchó hasta la muerte.


Cacique Tiuna


Tiuna

Intrépido guerrero, nacido en la tribu de los Caracas, creció bajo la tutela del Cacique Catia y se caracterizó por su rigidez y valentía. Su poder lo ejercía en el valle de Los Guayabos, territorio que hoy día es conocido con el nombre de Catia La Mar.
Su dominio se extendió a través de las montañas, limitando con Filas de Mariches y los Valles del Tuy, incluyendo parte del valle de Caracas. Uno de sus hombres de confianza era el guerrero Aramaipuro, conocido como "ponzoña de abeja". Entre sus éxitos se recuerda el de Villa del Collado, hoy Caraballeda, así como el de Cayapa, donde derrota al legendario y cruel Rodríguez Carpio. En 1568 Tiuna reunió casi cuatro mil hombres, unido a los caciques Guaicamacuto y Aricabuto, para dar una pelea decisiva en Maracapana, sabana cercana a Caracas. Para destruir al invasor, estaban los caciques Naiguatá, Uripatá, Anarigua, Mamacuri, Querequemare, Prepocunate, Araguaire, Guarauguta, con siete mil guerreros; Aricabuto y Aramaipuro representaron a la nación mariche al mando de tres mil flecheros.
El gran cacique Guaicaipuro, que debía acudir con dos mil guerreros, no llego al sitio a causa del mal tiempo. Algunos caciques se retiraron, pero otros, motivados a la lucha por el cacique Tiuna decidieron combatir, Losada los enfrentó. La batalla fue desastrosa, los caciques decidieron retirarse.
Tiempo después, Tiuna se dedicó a hostigar implacablemente a todo conquistador. Los exasperados españoles pusieron precio a su cabeza. Y, según algún cronista, un indio traidor, lo atacó con una flecha causándole la muerte.

Cacique Yavire





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Yavire fue un cacique caribe que dominaba la región guayanesa. Le fue atribuida la unificación de las tribus que moraban en la región del Caroní extendiendo su influencia hacia el norte, conocido hoy como estados Sucre, Monagas y Anzoátegui. Muere bajo el fuego español en la batalla de Caicara de Maturín por haber descuidado su retaguardia.
Yavire también peleó en Cumaná y allí recibió una fuerte herida en el brazo derecho, que lo dejó semi inútil. Varios de sus guerreros obtuvieron el grado de cacique o de jefe. Lucharon bajo sus órdenes los legendarios Paramaiboa y Pariaguán, que si bien se enfrentaron por el mando a la muerte de su jefe, muy pronto unieron fuerzas nuevamente para combatir al extranjero.
Paramaiboa, fiel a las enseñanzas de su jefe, funda una coalición de pequeñas tribus hacia el norte de lo que muy pronto sería la nación venezolana.


Cacique Yoraco




. En etimología chama su nombre significa zorro o diablo. Se presume que nació en el valle de Tácata, estado Miranda, en fecha desconocida.
La legendaria existencia de Yoraco se basa en la narración que de su muerte hizo José de Oviedo y Baños en su Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela.
Según Baños, en 1574, cuatro indios Teques acompañaron como intérpretes a dos soldados españoles llamados Juan Pascual y Diego Sánchez al Valle de Tácata, del cual pretendían apoderarse. A su llegada fueron masacrados mientras los intérpretes huían hacia a Caracas para llevar la noticia al teniente Francisco Carrizo.
A principios de 1575, Carrizo se encaminó hacia el Tácata con unos 90 hombres para tomar control del área. A su llegada consiguió a los indígenas esperándolos, y en la retaguardia, Garci-Gonzalez de Silva observó a unos 500 flecheros preparándose para una emboscada. De Silva se dio a la tarea de perseguirlos, pero en el camino sólo consiguió a Yoraco apuntándole con un arco. Aumentando el trote, De Silva lo embistió desde su caballo "y le dio tan fiero bote con la lanza, que suspendiéndolo del suelo, lo llevó en breve rato por el aire."(1)
Dándolo por muerto, De Silva soltó al indio y al voltear, observó que el mismo se puso en pie y se enfrentó a dos españoles llamados Juan de la Parra y Diego Méndez, quienes pronto le dieron muerte.
Aquí, la narracion de Baños creó la leyenda de la naturaleza sobrenatural de Yoraco al describir como después de muerto sus heridas no sangraban, y que sólo cuando le quitaron un collar de "piedras coloradas", empezó a desangrarse. Según Baños, este collar se lo apropió De Silva quien lo conservó como tesoro hasta que algunos años más tarde, el gobernador de Venezuela, Diego de Osorio, al enterarse de su supuesto poder, se lo quitó para enviárselo como curiosidad al Rey Felipe II.
La obra de Oviedo y Baños, debe ser leída con cautela, ya que es fuente primaria de muchas historias de Venezuela en las que se han descubierto numerosos errores históricos.




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